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*LA CONJURA DE LOS NECIOS (fragmento)

Ignatius gruñó al repasar el reparto. Todos los que participaban en la película eran igualmente inaceptables. Había, en concreto, una diseñadora de decorados que le había sobrecogido demasiadas veces en el pasado. La heroína resultaba más ofensiva aún que en la película musical y circense. Aquí era una secretaria joven e inteligente a la que un hombre de mundo de edad madura intentaba seducir. La llevaba en un reactor privado a las Bermudas y la instalaba en una suite. En su primera noche juntos, a ella le salía un
sarpullido justo cuando el libertino iba a abrir la puerta de su dormitorio.
—¡Asquerosa! —gritó Ignatius, escupiendo palomitas a medio masticar sobre varias filas—. ¿Cómo se atreve a pretenderse virgen? Con esa cara de degenerada. ¡Viólala!
—Hay que ver qué gente más rara viene a las matines —dijo una señora que llevaba una bolsa dé compra a su acompañante—. Fíjate. Lleva un pendiente.
Luego hubo una escena de amor algo desenfocada, e Ignatius empezó a perder el control. Se daba cuenta de que la histeria comenzaba ya a desbordarle. Intentó guardar silencio, pero descubrió que no podía.
—Están fotografiándoles a través de varias telas —gritó—. Oh, Dios mío. Sabe Dios lo arrugados y repugnantes que serán en realidad esos dos. Me dan náuseas. ¿No puede alguien de la cabina de proyección cortar la corriente?
¡Por favor!
Y golpeó con el sable ruidosamente contra el lateral de su asiento. Una acomodadora vieja bajó por el pasillo e intentó quitarle el sable, pero Ignatius forcejeó con ella y la acomodadora resbaló y cayó al suelo. Se levantó y se alejó renqueante.
La heroína, creyendo que estaba en entredicho su honor, tuvo una serie
de fantasías paranoicas en las que estaba en la cama con su libertino. La cama corría por las calles y flotaba en una piscina del hotel.
—Santo cielo. ¿Y se considera una comedia esta indecencia? —gritó Ignatius en la oscuridad—. No me he reído ni una sola vez. Mis ojos apenas pueden creer en esta basura descolorida. A esa mujer habría que azotarla hasta que perdiere el conocimiento. Está socavando nuestra civilización. Es una agente comunista china enviada para destruirnos. ¡Por favor! Que alguien con
vergüenza corte la corriente. Se está corrompiendo a un centenar de personas en este cine.

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